LA ANSIEDAD
Por: Dr. Pavlusha K. Luyando Joo
La palabra ansiedad proviene de latín
“anxietas”, se puede definir como una respuesta anticipada e involuntaria del
organismo frente a determinados estímulos que, que son percibidos como peligrosos
o amenazantes. Por lo general se
acompaña de tensión y contracturas musculares; e incluso puede conllevar a cambios en la presión arterial (sube) y
otros síntomas como diarreas, insomnio, sudoración, palpitaciones en el pecho, cólicos abdominales, ardor en el estómago; etc.
La ansiedad en realidad es un
mecanismo diseñado por la naturaleza frente a cualquier peligro, para que la persona
adopte las medidas necesarias para enfrentarse a una amenaza.
Podemos sentirnos ansiosos frente
a problemas económicos, sentimentales, por haber discutido con alguien por ejemplo o
porque un perro nos ladró en la calle. Esta sensación es totalmente normal y
más bien nos permite de alguna forma anticipar el peligro y tomar medidas para
solucionar ciertas incomodidades de la vida cotidiana.
Sin embargo hay personas que por
diversos factores como impactos emocionales demasiado fuertes, estrés crónico
(pensamientos torturantes o sentimientos de culpa que no cesan), obsesión por
la hiperactividad y una inclinación de
su temperamento, entre otros factores; hacen que la ansiedad no desaparezca e
incluso llegan al pánico.
¿Qué hacer?
Lo primero que hay que hacer es
racionalizar el hecho, preguntarnos; ¿por
qué me pongo así?, ¿acaso no tiene solución este problema?, ¿acaso es el fin
del mundo?, en este periodo lo importante es esperar un poco, respirar hondo,
distraerse, conversar con alguien.
También ayudan mucho las
infusiones de hierbas aromáticas como las de toronjil, hierba luisa, el té jazmín; valeriana; entre
otras.
Los baños tibios por la noche son
muy útiles para reducir las contracturas musculares y para quienes no pueden conciliar el sueño (mejor
de tina)
Un cambio en la dieta por unos
tres o cuatro ayuda mucho para disminuir los síntomas de la ansiedad, lo
recomendable es retirar las proteínas animales, frituras y disminuir carbohidratos
(pan, azúcar), lo recomendable es ingerir alimentos ricos en fibra como las
frutas y vegetales crudos.
En algunos casos es muy
importante consultar al médico, el cual puede prescribir algún medicamento para
la ansiedad. En la actualidad hay mucho temor a tomar ansiolíticos, pues muchos
piensan que se volverán adictos al fármaco. Este tipo de pensamiento no es
correcto; pues un ansiolítico bien prescrito ayuda muchísimo para que
desaparezcan los síntomas de pánico.
Hay también técnicas terapéuticas
que puede ayudar en determinados casos, como los masajes, la acupuntura, los
ejercicios de respiración; entre otros. En general la ayuda profesional es muy
importante a través de la consejería, pues permite encontrar salidas a los
conflictos que tenemos.