EL CARÁCTER, LAS EMOCIONES Y SU RELACIÓN CON LA SALUD
Por:
Pavlusha K. Luyando Joo
En la actualidad se sabe que diversos tipos de enfermedades están
relacionados con el carácter y las reacciones emocionales que experimentamos en
diferentes momentos de la vida.
De esta forma, por ejemplo, se sabe hoy que las personas coléricas,
hiperactivas, o impulsivas; son más proclives a padecer de accidentes
cardiovasculares de distinta índole: infartos, derrames cerebrales, ansiedad, a
comparación de personas que no los son.
También se sabe que las personas un poco más pasivas; como aquellas
con tendencia a los recuerdos tristes, a la melancolía o personas que expresan
poco sus emociones, y están cerrados en sí mismo tienen tendencia a padecer de
dolores musculares, enfermedades reumáticas, úlceras gástricas; depresión etc.
Todo esto indica que, así como la genética, la alimentación y el tipo
de actividades que realizamos, influyen en la salud de la persona, también el carácter
y la forma de reaccionar de la persona lo puede hacer.
Es lógico entonces deducir que al equilibrar el carácter y al evitar reacciones
negativas como la impulsividad, el mal humor o los recuerdos tristes, estamos evitando
que aparezcan muchas enfermedades, como hipertensión, diabetes, gastritis,
ansiedad, bruxismo, insomnio, fibromialgias, dolores de cabeza, problemas
cardiacos y dolores de espalda; etc.
¿Cómo lograr el equilibrio emocional?
En la Grecia antigua se decía, que una de las cosas más importantes
para llegar a ser mejor y superarse como persona, era conocerse a sí mismo. Esta
antigua recomendación sigue siendo válida hasta hoy, y se centra en que es muy
importante conocer las inclinaciones negativas de nuestro carácter que tenemos.
Para lograrlo es necesario hacer diariamente un pequeño examen de
conciencia sobre lo que se quiere cambiar; por ejemplo, el mal humor o la
impaciencia. Hay que preguntarse al final del día cuantas veces hemos hecho “hígado”
o cuantas veces no hemos tenido la paciencia de escuchar o esperar a alguien,
también se puede de esta forma ir tomando conciencia de otros defectos como la orden,
pereza; etc.
Este sencillo método lo llevaba a cabo el conocido San Ignacio de Loyola,
Ignacio incluso apuntaba en un papel, y todos los días procuraba disminuir la
cantidad y no repetir las mismas torpezas, hasta que un día llego a dominarse
completamente a pesar de que era un hombre muy temperamental (había sido
soldado).
Otro punto importante que ayuda mucho al equilibrio emocional, es el
de dormir bien las horas necesarias (7 u 8 horas). Las personas que descansan
mejor tienen mejor humor y enferman menos.
También no hay que olvidar que estar sometido a una actividad
constante muchas horas al día, hace que se caiga en la monotonía y el
aburrimiento. Este también, es un factor que hay que tomar en cuenta para lograr
el dominio de las emociones. Por ese motivo, es bueno diversificar las
actividades diarias; yendo al cine, leyendo un a buen libro, asistiendo a algún
espectáculo, visitando amigos o haciendo algún deporte u actividad que nos “desconecte”
de lo que hacemos habitualmente.
En otras palabras; se puede modificar la calidad de la salud,
recurriendo también al equilibrio del buen carácter, que, dicho sea de paso;
también ayuda a convivir mejor con los que nos rodean y… es gratis!.