LAS SEÑALES DEL CUERPO
luyandojoo@yahoo.com
El cuerpo es una compleja interrelación de tres dimensiones distintas,
pero conectadas entre sí: el cuerpo, las emociones y el espíritu.
Cada una de estas dimensiones influyen en la otra y viceversa. De esta
forma podemos ver como una persona que empieza a hacer alguna enfermedad, no
solo ve alterada su salud física a través de señales muy importantes como la aparición
de dolor en alguna parte del cuerpo; también casi inmediatamente cambia el estado de ánimo;
el desánimo empieza a ganar terreno, disminuye la fuerza de voluntad, el mal
humor se hace patente y se empieza a pensar hasta en lo peor. De alguna manera
la enfermedad abarca el “todo” de la
persona. Es decir la enfermedad del cuerpo, influye en el estado emocional de
la persona y en el espíritu (vitalidad). Esas son las señales del cuerpo que
avisa que algo no anda bien.
La emociones también influyen en la salud de la persona, y esto se
sabe desde muy antiguo. Allá por los 430 ac un médico griego llamado Hipócrates,
relacionaba los distintos temperamentos de la persona que la hacía proclive
padecer de ciertas enfermedades.
También es sabido que ciertas turbaciones crónicas del estado de ánimo
y sentimientos encontrados como la ira constante, la idea de estar en peligro a
cada momento, el rencor, la hiperactividad desmedida también pueden enfermar a la
persona.
La enfermedad física, como las infecciones u otras perturbaciones
funcionales del organismo pueden ser tratadas por el médico con medicamentos,
pero las emociones y el espíritu enfermo no.
Cuando una persona por ejemplo lleva una vida agitadísima sin parar ni
un solo día, o si tiene reacciones violentas, o si es hipersensible al más
mínimo inconveniente con cualquier persona, o si recuerda con exactitud hasta
el más mínimo detalle de como la agredieron de alguna forma en el pasado o si
bebe mucho o no se siente perdonado por Dios….
¡Allí hay un problema emocional de fondo y también del espíritu!.
Este tipo de personas, por lo general tiene una salud precaria, se
enferman mucho más veces que las personas cuya salud mental y su espíritu está
más o menos en orden. (Lógicamente hay excepciones).
¿Qué hacer para evitar perturbaciones de la mente y del espíritu?
Primero es importante darse cuenta que tipo de ideas negativas son las
que generalmente llevan nuestros pensamientos,
segundo es fundamental precisar que es,
y en qué circunstancias es que se
producen este tipo de pensamientos y tercero procurar darlas solución conversando
con alguien de confianza, en otros casos; con un profesional (psicólogo, o
médico de confianza) o con alguien especializado en temas de profundidad humana
(un religioso por ejemplo).
Muchas veces este tipo de pensamientos y actitudes negativas son
superadas simplemente con buen sueño (7 horas mínimo), buen descanso al menos
una vez por semana, estar en contacto con la naturaleza, realizar ejercicios no
extenuantes, lectura de libros orientados a la buena reflexión, a forjar el
intelecto y la vida espiritual de acuerdo a nuestro estado de
vida a través de la oración contemplativa en una capilla o la asistencia a un retiro.
Este tipo de consejos que le a usted le presentamos, han surgido de nuestra experiencia profesional, ayudando a muchas personas con diversidad de dolencias. Esperamos aportar un
granito de arena si es que usted necesita algo de ello.